Consulte con su supervisor sobre el equipo que puede protegerle. Juntos pueden decidir lo que se necesita. Su empleador está obligado a proporcionar y pagar este equipo de protección. Por ejemplo, proteger la cabeza, los ojos, las orejas, las manos y los pies o los pulmones.
Reduce el riesgo de lesiones (permanentes). Usted es responsable del uso y mantenimiento correcto del equipo de protección personal. Su empleador debe explicarle cómo hacerlo.